La institución de Basilea cree que podría tener consecuencias impredecibles en el consumo privado. La economía mundial crecerá este año un 4%, aunque la zona euro sólo lo hará en un 1,5%, menos de la mitad que la estadounidense. La eurozona ha visto reducirse el superávit de la balanza por cuenta corriente un tercio.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha sido el último en sumarse a los negros presagios que sobre la economía circulan en las últimas semanas. Ayer, en Basilea, hizo público su informe de perspectivas de crecimiento, que advierte del freno que puede suponer para el desarrollo mundial el actual precio del petróleo y del peligro de una generalización de la bajada de los precios de la vivienda que ya se ha producido en algunos países y que tendría graves consecuencias sobre el consumo privado, soporte, como en el caso de España, del actual crecimiento del PIB.
Malcolm Knight, director ejecutivo del BPI, advirtió ayer tras la asamblea anual celebrada en Basilea, con la presencia de de representantes de 110 bancos centrales, de que los principales riesgos para el presente año estaban asociados «al alto nivel del precio del petróleo, a los fuertes desequilibrios por cuenta corriente, al elevado endeudamiento de las familias y a la burbuja del mercado de la vivienda». Aunque el informe no hace referencia explícita a ningún país, salvo Estados Unidos, «en algunos, los precios de la vivienda parecen expuestos a correcciones a la baja de magnitud incierta». En los últimos meses, el Banco de España ha alertado del elevado nivel de endeudamiento de las familias españolas. En los últimos cinco años años, el precio de la vivienda se ha más que duplicado en nuestro país sin que por el momento haya encontrado techo.
MODERADO CRECIMIENTO
El BPI hace una referencia explícita en su informe al mercado de la vivienda, a cuyo incremento de precios y al comportamiento de las bolsas achaca el enriquecimiento de los hogares en muchos países. La institución critica la fórmula de extraer riqueza de la vivienda mediante préstamos garantizados con la casa que ha sido excesiva en EE UU, el Reino Unido, Australia y Holanda. En estos tres últimos países se ha notado ya una bajada de los precios, que puede extenderse a otros países.
Con esta amenaza y la del precio del petróleo, que podría mantenerse «perfectamente en niveles elevados durante un período de tiempo prolongado», la economía mundial crecerá en torno al 4 por ciento este año, aunque los aumentos serán muy desiguales en las distintas zonas. Mientras la economía estadounidense crecerá un 3,4 por ciento, la de la eurozona no pasará del 1,5 y la de Japón se quedará en el 1 por ciento. Las economías emergentes de Asia serán las que salven los muebles del crecimiento. En estos países se esperan crecimientos medios del 7,2 por ciento, que serán del 5,3 por ciento en los países de Europa central y del este, y del 4,3 por ciento en Iberoamérica y Caribe. En cuanto a los precios, el informe del BPI pronostica una inflación media en el mundo del 3,1 por ciento, que será del 2,8% en EE UU y del 1,8 en la eurozona. Japón cerrará el año con deflación, toda vez que se prevé que los precios bajen un 0,1%.
BALANZA DE PAGOS
La eurozona registró el pasado mes de abril un déficit por cuenta corriente de 800 millones de euros, frente al superávit de 2.300 millones del mes de marzo. En los últimos doce meses, la eurozona ha visto cómo el excedente por cuenta corriente se ha reducido desde los 39.300 millones de euros a los 26.200 millones. El BCE destacó ayer que en abril, la región registró una salida neta de 9.100 millones de euros en inversión directa.
Ayer en Basilea, algunos gobernadores de bancos centrales europeos volvieron a considerar los tipos de interés actuales apropiados a las circunstancias y no hay nada que justifique un aumento de los mismos. El BPI, no obstante, advierte de que los tipos reales en Estados Unidos y la zona euro están muy cerca de cero.
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