edgapi
Registrado: 15 Ago 2006 Mensajes: 114 Ubicación: Asturias
|
Publicado: Lun Feb 19, 2007 1:33 am Asunto: Cambio de chaqueta |
|
|
Al final de su primer cuatrienio en el Ayuntamiento, Alberto Mortera se había ganado entre el PP el sobrenombre de 'El niño de los pelotazos'. Día tras día, erre que erre, el perseverante y joven edil arremetía contra el alcalde y su gente por recalificaciones, adjudicaciones y demás negociados de ladrillos. Preguntado por tal mote en una entrevista que publicó este diario en abril de 1999, o sea ya en carrera electoral, el entonces socialista admitía que el apodo de corte taurino le hacía gracia. «Espero que nadie vuelva a ser merecedor de ese apelativo 'cariñoso'; eso querrá decir que el Ayuntamiento funciona de otra forma».
Ocho años después de esa entrevista, Alberto Mortera decreta el fin de las ideologías («En la vida práctica no significan nada»), cambia de carné, se atusa la corbata y se presenta en Manuel Pedregal como futuro concejal popular de Urbanismo y Licencias, director de la campaña electoral del alcalde y principal alabador tanto de su nuevo partido («La casa de las libertades») como de su líder, (Gabino de Lorenzo, «el político más apreciado de la región»).
El salto que ha cuajado carece, como dice él de su valedor, de parangón en Asturias. El antaño belicoso concejal de la oposición, especializado precisamente en Urbanismo, currante municipal de verbo suelto y denuncias estudiadas, es hoy un nuevo militante del «liberalismo» que pregona el regidor, definición acaso más cómoda que «conservador» o «derecha».
Mortera defiende ahora el «modelo de Oviedo» como un sistema de gestión ciudadana exportable, no ya a los límites de la sidra, sino a cualquier municipio del país. Sin valorar su desarrollo intelectual, un simple vistazo a la hemeroteca descoloca al lector. Como sugería su apodo, el edil fue el principal acicate del PP ante decenas de proyectos del alcalde, máxime porque sólo él logró mantenerse desde 1995 en las sucesivas listas del PSOE.
Ejemplos hay a patadas: el centro hípico y el campo de golf, a los que señaló como muestras de «despilfarro» para una demanda ciudadana que consideraba inexistente en proporción al gasto municipal; o los desplomes y desalojos de edificios con obras cercanas que se sucedieron entre 1998 y 2000, en los que, caso del 47 de la calle Azcárraga, Mortera llegó a señalar «la negligencia, el ánimo especulador» y «la connivencia del Ayuntamiento» como causas del derrumbamiento.
Igual de batallador se mostró con la venta de los aprovechamientos urbanísticos, con los terrenos que por ley le corresponden al Ayuntamiento de cada promoción residencial de envergadura.
Mientras el equipo de gobierno los vendía (y vende) para obtener recursos (dinero), Mortera siempre se sacaba de la americana una propuesta, un centro de estudios, un posible polideportivo: cualquier iniciativa pública, antes que la enajenación del suelo para obtener líquido y cubrir deudas. Algunas de sus peleas políticas acabaron en los juzgados. En noviembre de 2000, el equipo de gobierno ofreció ayuda a una arquitecta municipal para querellarse contra Mortera, quien, haciendo honor a su fama torera, la había señalado como responsable de «un pelotazo» en la unidad de gestión Reyes Católicos. La cosa recalificada, según el concejal, beneficiaba a la familia de la funcionaria. El rifirrafe judicial acabó en un acto de conciliación.
Si entonces se conciliaron los ánimos, ahora se han fundido en un abrazo. Mortera es el número 10 de una candidatura del PP ovetense con 19 elegidos. A la mitad de esos aspirantes les ha pasado por la derecha como un pura sangre adelantaría a un percherón. El 10 es puesto seguro. _________________ Podemos cambiar las cosas pero moviendonos ya. |
|