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España: Diez signos de tercermundismo

 
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Danny1980



Registrado: 28 Oct 2009
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MensajePublicado: Sab Mar 26, 2011 4:19 pm    Asunto: España: Diez signos de tercermundismo Responder citando

http://elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=113521&cod_aut=

GLOBALIZACIÓN

España: Diez signos de tercermundismo

Hace algún tiempo se publicó un artículo que señalaba algo que no puede pasar desapercibido: la decadencia de los EEUU.

El artículo lleva por título 10 Signs The U.S. is Becoming a Third World Country (Diez signos de que los EEUU están convirtiéndose en un país tercermundista). Esto no gustará a nuestros amigos liberales, que consideran a los EEUU como el modelo a seguir y el lugar donde las libertades están más garantizadas. En nuestra opinión, la decadencia de los EEUU –de la nación, no del sistema- es un hecho a lamentar por razones muy diferentes de las que aducen los liberales.

Sea como sea, el artículo del Activist Post mueve a reflexión, especialmente cuando se establece un paralelismo con España y cuando se subrayan las circunstancias que el pretendidamente incisivo artículo no señala. Vamos a ver uno por uno los diez "signos" y a compararlos con el caso español.

El primero es la "pobreza y el desempleo crecientes". En esto no hay ninguna duda. La élite política norteamericana, que odia a Cuba porque no tiene dinero y hace negocios con China porque les permite deslocalizar allí sus empresas, ha arruinado la industria manufacturera de los EEUU. El paro en aquél país raya en lo nunca visto y los empleos generados son de peor calidad, normalmente destinados a inmigrantes, ilegales o legales, que no reclaman derechos porque, a fin de cuentas, están mejor que en sus países de origen. Esta situación se sostiene por el terror de un discurso "antirracista" y "humanitario" que anatematiza a todos los que critican las razones e intereses tras la inmigración. La situación es idéntica a la española y los mecanismos de lucha contra la "xenofobia" encuentran aquí y allí sus raíces en los mismos intereses del capitalismo global.

En segundo lugar, la "dependencia económica". Paralelamente a la deslocalización de sus empresas y a la exportación de los puestos de trabajo hacia el Tercer Mundo y hacia las "economías emergentes", tanto los EEUU como España padecen en el fondo una tendencia progresiva a la dependencia económica y en algunos casos, estratégica. Esto es tanto más acusado en el caso de la compra de deuda norteamericana por terceros estados y a la fuga a chorros de tecnología hacia países capaces de utilizarla contra ellos mismos, como China. En el caso español, se añade además la estulticia de nuestros políticos, enzarzados en luchas de partido e incapaces de diseñar una política de Estado, por ejemplo, en sectores claves como el energético.

En tercer lugar, la "decadencia de los derechos civiles". Respecto al caso americano la "guerra contra el terror" ha desatado una histeria generalizada que contempla como "amenaza contra la seguridad" la mera crítica al propio sistema. Éste, a su vez, ha impulsado leyes draconianas para controlar lo que se dice, se piensa y se debate. En el caso español, la situación muestra inquietantes paralelismos: "fiscales" contra "el odio y la discriminación" son financiados con el dinero de todos mientras que, por ejemplo, la mayoría católica o, simplemente, que quiere escolarizar a sus hijos en castellano, es acosada física e intelectualmente con estrategias de lavado de cerebro –que nada tienen que envidiar a la URSS- al estilo de "educación para la ciudadanía".

En cuarto lugar, la "corrupción política creciente". En los EEUU solo el 11% de los ciudadanos cree que el congreso hace su trabajo; imagino que en España la desconfianza hacia la clase política es similar. Los casos de corrupción, que en España los partidos se lanzan unos a otros como arma arrojadiza, han hecho cundir una desmoralización general entre los españoles, que a su vez contemplan los privilegios de los que gozan esos mismos políticos. Casos como Gürtel, los ERE de Andalucía o el cinismo del juez Garzón demuestran que en España la corrupción es más normativa que excepcional.

En quinto lugar, el "ejército patrulla las calles". En España esto, por fortuna, no es posible: para mantener el "orden y la seguridad" –en realidad la hegemonía social, cultural, y por tanto política- se recurre a consorcios mediáticos y al ninguneo de los discrepantes. Por eso, si en los EEUU la "guerra contra el terror", como pedían los ideólogos neoconservadores, permitió una escalada brutal del presupuesto de defensa, a fin de librar guerras ideológicas absurdas, en España la degradación del ejército, y su reconversión en un conjunto de funcionarios apesebrados, implica un paso más en la pérdida de nuestra soberanía nacional en favor de élites transnacionales.

Tenemos, en sexto lugar, el "fracaso en las infraestructuras". Tanto en los EEUU como en España, los cortes en los presupuestos para seguir las ridículas políticas de "austeridad" dictadas por los economistas del sistema, han asegurado el progresivo deterioro de nuestra riqueza material.

La "desaparición de la clase media", verdadero sostén del país y de su prosperidad, es el séptimo de los signos. Nada que decir al respecto porque, tanto en España como en los EEUU, la "clase media" está en retroceso, al tiempo que se abre cada vez más un abismo entre aquellos miembros de la "clase media" que se unen a las clases "desfavorecidas" y una pequeña minoría que acapara cada vez más poder económico. Todo este proceso de desestructuración social es consecuencia directa de la política económica liberal de "austeridad", "control del gasto" y deslocalización de capitales y personas, tanto aquí como allí.

En octavo lugar, la "devaluación de la moneda". En esta cuestión hay considerables discrepancias. Los EEUU están acostumbrados a considerar su moneda apreciada en todo el mundo; hoy ya no es así. Por otro lado, la apreciación de la moneda puede conllevar la detención en seco de las exportaciones. A priori, la devaluación de la moneda no es algo ni bueno ni malo; sí lo es la pérdida del poder adquisitivo de los que compran, venden y ganan esa moneda. Nos tememos que en los dos casos, españoles y norteamericanos han perdido mucho del poder adquisitivo que tenían escasamente en relación a la generación nacida en los años 30 y 40, hoy, propietarios, por ejemplo, de una o dos casas. Para el español de hoy, la posesión de una sola casa –a menudo un piso tipo soviético- significa hipotecarse de por vida.

El "control mediático" constituye el noveno síntoma de decadencia. Con matices, España y los EEUU siguen un mismo modelo si bien opinamos que la situación es mucho peor en España, y en Europa en general, donde hay incluso "fiscales" especiales y una agobiante dictadura de los estereotipos de la izquierda en la historia, la cultura e incluso la ciencia. El caso español, a este respecto, es paradigmático, con dos "cárteles" mediáticos enfrentados en lo económico pero no en lo ideológico, y un espectro conservador que ha aceptado de facto muchos las reglas de juego de sus enemigos.

El último de los "signos" esgrimidos por Activist Post es el "control de capitales". La publicación lo hace en clave neoliberal y, por ello, yerra de cabo a rabo. Creen que las cortapisas al libre movimiento de capitales es característico de países tercermundistas. Puede ser pero solo circunstancialmente. De hecho, el flujo de capitales, de empresas y de personas está descapitalizando nuestras empresas y abandonándonos en manos de los usureros y los tiburones de las finanzas, destruyendo nuestro tejido manufacturero y anegándonos con población alógena inasimilable. Nosotros creemos que es más tercermundista aún la pérdida total de la soberanía económica en manos foráneas que se lucran con nuestra pobreza.

Pese a todo, la reflexión general es que, con matices originados por circunstancias históricas y políticas diferentes, llama la atención la existencia de un perfil común de decadencia, para todos los países europeos o de origen occidental. ¿Quién se atreve a explicar los motivos?
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Schwejk



Registrado: 01 Nov 2008
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MensajePublicado: Sab Abr 02, 2011 7:32 pm    Asunto: Responder citando

Sospecho que Eduardo Arroyo no ha vivido jamás en un país del tercer mundo; o si ha vivido (y por "vivir" no me refiero a pasar unos días haciendo turismo) es que es un simple demagogo o le obligan a serlo.
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