Foros de la Plataforma por una Vivienda Digna

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El derecho a la vivienda

El precio de la vivienda viaja sobre rueda encabritada, que diría Silvio Rodríguez. Un precio indómito, asilvestrado. Un precio enloquecido. Sobre todo, si tenemos en cuenta que, para la inmensa mayoría de las familias, la vivienda constituye la mayor inversión de sus vidas. Estamos hablando de un bien fundamental, un derecho básico. No se trata de un lujo sino de una necesidad imprescindible para entender la emancipación, la autonomía y también la dignidad de las personas. Nuestra Constitución así nos lo reconoce al concederle una enorme importancia, instando a los poderes públicos a garantizar el acceso de todos sin discriminación. Anotemos también que la Carta Magna quiere ser explícita al citar la especulación del suelo como uno de los problemas a combatir. Es curioso, el legislador constituyente no quiso ejemplificar más casos de especulación. Se quedó con la urbanística como advirtiendo de su extrema gravedad.

Algunos años después, la experiencia registrada nos permite calificar aquella perspectiva de visionaria y certera. La especulación del suelo en este país ha sido escandalosa. El propio sector inmobiliario lo sabe y lo padece. La burbuja se ha hecho corpulenta, yo diría mantecosa. Pero lo más llamativo ha sido comprobar cómo han errado todos aquellos que pronosticaron que, liberalizando suelo, bajaría el precio de la vivienda. Es decir, urbanizando más y más solares y sacando millones de metros cuadrados urbanizables, la ecuación estaba clara: repercutiría a la baja en el precio de la vivienda. Todos saldríamos ganando y colorín colorado. No ha sido así. Los más atrevidos señalaron que sería poco menos que la más social de las medidas posibles. Sin duda, las cosas no son tan lineales en un sector que presenta muchas más variables y aristas que resolver. Dicen que los economistas hacen buenos análisis de lo que ha pasado, pero acertar en las proyecciones de futuro es otro cantar. Deberíamos ser más humildes en la proclamación de los logros habidos y por haber. De momento, en materia de vivienda, los poderes públicos valencianos están muy lejos de lograr el aprobado. Tampoco aquellos ayuntamientos que han tramitado muchas operaciones urbanísticas privadas y muy deprisa, pero la política de vivienda pública y social es lenta, invisible. Es el caso de Benic ssim. Hay más.

Los jóvenes sufren especialmente la ausencia de precios razonables. Un estudio publicado ayer mismo por este periódico señalaba que un inasequible mercado inmobiliario de la vivienda retiene a los jóvenes con sus padres hasta edades verdaderamente avanzadas. No es una moda sino un condicionante. No es ternura filial sino resignación.

La teoría de Álvarez Cascos y otros ilustres sobre la normalidad del mercado inmobiliario, atendiendo a que "si los pisos tienen ese precio será porque se venden" debe ser desestimada por antisocial e insolente. Con este pensamiento hemos llegado demasiado lejos. Como injustificada es la sensación de euforia que transmite nuestro Consell cada vez que habla de sí mismo. ¿Cuántas veces hemos oído que el Gobierno valenciano bate récords y lidera el cumplimiento de los planes de vivienda a nivel planetario? Más humildad y más eficacia. El ejemplo de Benic ssim nos sirve: han anunciado incontables veces convenios de vivienda y en dos años no ha pasado nada. Crece la lista de demandantes. Pasa de las mil solicitudes. Hay que correr más y hablar menos.

Portavoz del PSPV-PSOE de Benic ssim y diputado autonómico
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/noticia.asp?pkid=239837