Foros de la Plataforma por una Vivienda Digna

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Especulación insostenible

El viajero que salga de la provincia de Madrid por la carretera de Andalucía no podrá dejar de extrañarse al ver cómo, al rebasar Seseña y ya en la provincia de Toledo, asoma en el horizonte plano y seco de Castilla el esqueleto de una auténtica ciudad fantasma bajo un techo de gigantescas grúas, alejada de todo, extemporánea en la inmensidad de la planicie, como un decorado de cartón piedra puesto a trasmano en cualquier loca aventura de ficción.

Semejante imagen no es una alucinación, ni un espejismo, sino el resultado del Programa de Actuación Urbanística de 'El Quiñón', tramado y construido por un tal Francisco Hernández Contreras, alias 'El Pocero', constructor local y uno de esos personajes tan desafortunadamente pintorescos en el sector español de la construcción que han amasado una incalculable fortuna al hilo del desarrollo urbanístico desaforado.

Con la connivencia de alcaldes de la localidad, sucesivamente del PP y del PSOE, así como de la Comunidad de Castilla-La Mancha en tiempos de la presidencia de José Bono, 'El Pocero' ha dado un inconmensurable «pelotazo» mediante una sospechosa -y en el mejor de los casos, absurda- recalificación que le permitirá construir 13.508 viviendas en diez alturas en mitad de la nada más absoluta, con un beneficio tan envidiable como sospechoso.

Pero ahora gobierna en Seseña Izquierda Unida, y el alcalde, Manuel Fuente, junto al coordinador de IU en la región, presentaron el pasado 14 de julio ante la fiscalía Anticorrupción una denuncia que ponía de manifiesto la presunta existencia, ampliamente documentada, de una serie de delitos urbanísticos relacionados con la citada reclasificación.

El miércoles se conocía que la fiscalía había decidido abrir diligencias informativas para esclarecer las acusaciones y, ese mismo día, el presidente de la Junta castellano manchega, José María Barreda, mano derecha de Bono y sucesor de éste tras su nombramiento ministerial, declaraba en Madrid con un énfasis, quizá exagerado, que el proyecto de 'El Pocero' era «legal e impecable».

Desgraciadamente, todo apunta a que podemos estar frente a un nuevo caso de corrupción urbanística, aunque cualquier señalamiento en tal sentido sólo podrá establecerse con el correspondiente respaldo judicial. En cualquier caso, y con independencia de la legalidad del PAU, el proyecto es detestable en todos los sentidos, estética y socialmente. Se confirmen o no las sospechas de que nos encontramos ante otro monumental escándalo urbanístico, resulta innegable que estas construcciones son incompatibles con una concepción humanista, equilibrada, armónica, exigente de la ordenación del territorio y, desde luego, sostenible.
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