Foros de la Plataforma por una Vivienda Digna

[bajopuente]

A mas de un inversor venido a menos, puede acojonar que alguien salga a la calle pidiendo una vivienda digna.
Muchos detentadores de hipotecas para un pingüe beneficio vendiendo el pisito, debe olerles a cuerno quemado las gentes que salen a la calle pidiendo un acceso a la vivienda en consonancia con los ingresos y por supuesto la posibilidad de ejercer un derecho básico que no es otro que el "acceso a la vivienda". Quienes piden vivienda, hablan de vivienda digna, y no puede ser de otra manera, pues una vivienda digna es el principal factor para una vida digna, y por tanto para un desarrollo social y económico dignos.
Los inmobiliarios no salen a la calle porque su complejo de culpa les hace incapaz de salir y pedir que sus empresas no se hundan. Son incapaces de explicarse a la sociedad, y prefieren hacerlo con la ministra y calificar a las medidas al alquiler como "perfectas" o "muy interesantes" o calificativos así.
Chupi guay cuando el pisito está al rojo vivo, y los bancos están en la ruleta de unos créditos "difíciles".
Quienes creen que el mercado se autoregula, dicen una verdad, pero es una verdad a medias, la autorregulación del mercado no es una autorregulación continúa y suave, sino que a veces, el mercado llega a situaciones donde la autorregulación, es una regulación a las bravas, con caídas de la actividad a las bravas.
Es lo que está ahora pasando en el mercado inmobiliario, una regulación a las bravas, con un corte de fluido financiero, que no es capaz de alimentar un halógeno ni para ver los billetes de quinientos. Ha llegado la oscuridad y con ella la incertidumbre o el salir por piernas.
Llanera en el suelo, y otras esperando, esperando y esperando, mientras, el banco, comunicando, comunicando, comunicando.
La vivienda se ha convertido en un eje con dos extremos perversos, una sociedad con ingresos bajos que no puede acceder a la vivienda, y una vivienda con unos precios inflados que hoy por hoy no encuentra comprador y que ataca a las empresas promotoras hasta devorarlas.
La locura ha sido tanta, que ha llegado hasta el 30% del PIB, con una gran parte de la población sin acceso y otra con un EURIBOR flotante que amenaza y amenaza. Elementos todos para una recesión brutal si no se hace nada.
Hoy por hoy, nada parece hacerse, salvo unas medidas al alquiler, que no son mas que seguir con el cuento de la lechera de la vivienda. Una lechera que ya ha derramado parte de su leche en varias "leches" financieras y que pugna por vaciarse.
Mientras en la calle, cada vez se habla mas de una vivienda digna, de un derecho básico que deben ejercer todos, solo así, cualquier otra burbuja inmobiliaria, será una burbuja financiera mas parecida a las tecnológicas, y con menos afectación del tejido social y productivo. Porque hoy por hoy esta burbuja pugna por negarnos los garbanzos y dejarnos a la intemperie a esta sociedad por una larga temporada.